Un catálogo de problemas
Ver programa Parte I
La aprobación por ley
del Catálogo Canario de Especies Protegidas ha suscitado una gran
contestación social en las islas al considerar que desprotege a muchas
de las especies de flora y fauna. Sus opositores ven en esta norma el
recurso perfecto que abre las puertas a la construcción de
infraestructuras que malbaraten todavía más el patrimonio natural del
Archipiélago.
Y todo ello, en el momento en que celebramos el Año Internacional de la Biodiversidad.
Los primeros en expresar su rechazo han sido los colectivos ambientalistas y la comunidad científica, aunque las protestas se extienden a otros sectores de la sociedad civil. En diversos manifiestos critican la manera en cómo ha actuado el ejecutivo canario al tramitar esta ley: a partir de una propuesta de ley de un grupo parlamentario, Coalición Canaria, y no como decreto ley por acción directa del gobierno de Canarias, que es como lo hace el gobierno central y el resto de CCAA. Sin embargo, para el gobierno insular era necesaria una actualización racional del catálogo que definiera lo que se debe proteger y lo que no y su tramitación por ley era el mejor modo de hacerlo al ofrecer más garantías.
Y todo ello, en el momento en que celebramos el Año Internacional de la Biodiversidad.
Los primeros en expresar su rechazo han sido los colectivos ambientalistas y la comunidad científica, aunque las protestas se extienden a otros sectores de la sociedad civil. En diversos manifiestos critican la manera en cómo ha actuado el ejecutivo canario al tramitar esta ley: a partir de una propuesta de ley de un grupo parlamentario, Coalición Canaria, y no como decreto ley por acción directa del gobierno de Canarias, que es como lo hace el gobierno central y el resto de CCAA. Sin embargo, para el gobierno insular era necesaria una actualización racional del catálogo que definiera lo que se debe proteger y lo que no y su tramitación por ley era el mejor modo de hacerlo al ofrecer más garantías.
Esta
es sólo una de las críticas vertidas en relación a la ley. Para muchos,
el mayor conflicto reside en que el nuevo catálogo, en vigencia desde
junio, recorta la protección a un gran número de especies mientras que a
otras las deja directamente sin protección. Según acusan, ha sido una
argucia política cuyo objetivo no era tanto la protección de la
biodiversidad de las islas sino la manera de dar vía libre a nuevas
infraestructuras o bien el modo ideal para desencallar otras que estaban
paradas al afectar a especies protegidas por el anterior catálogo.
En
este trabajo, estructurado en dos partes, "El Escarabajo Verde"
asistirá a la suelta de una tortuga boba o al primer vuelo de pollos de
pardela cenicienta, y visitará los terrenos donde pretenden construir El
Puerto de Granadilla, en Tenerife, una de las instalaciones más
contestadas de los últimos años en las islas, y que ahora deja de tener
el obstáculo que impedía la reanudación de las obras ya que la planta
marina seba y las praderas que conforma, llamadas sebadales, dejan de
estar protegidas en el nuevo listado de especies.