Imperativo energÉtico








La herramienta más eficaz que tenemos para frenar el aumento de la temperatura es descarbonizar la economía. Nuestro actual modelo energético, base de todas las actividades económicas, es totalmente dependiente de los combustibles fósiles. Las características que devienen de un modelo petroadicto complejizan y mucho el cambio. Los combustibles fósiles elaborados con mimo durante millones de años por procesos naturales nos han permitido a una región de la tierra muy concreta y en un determinado periodo de tiempo disponer de una energía barata y versátil que ha afianzado un modelo económico y cultural hegemónico. Un modelo que ha sacralizado el crecimiento y el confort como máxima de progreso, aunque su reparto asimétrico genere una obscena desigualdad en los derechos de toda la población mundial. Pero esta resistencia cultural de las sociedades opulentas a abordar la necesaria transición energética no impide poner de manifiesto las consecuencias del fallido modelo y el enorme abanico de oportunidades que representa el cambio.